En la Iglesia Evangélica Bautista de La Calera creemos en el amor de Dios, demostrado cuando envió a su hijo Jesucristo a redimirnos del pecado que provoca muerte, temor y odio, entre otras cosas (Juan 3:16). Este amor nos motiva a vivir por él y para él (Romanos 11:36).
Creemos en que cada ser humano tiene la oportunidad de experimentar el verdadero amor cuando decide abrir su corazón a Cristo.
Jesús dijo: "Como el Padre me ha amado, así también yo los he amado; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos y enseñanzas, entonces permanecen en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor... Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros, como yo los he amado desde siempre..." (Juan 15:9-10, 12).
Por este amor, nosotros dejamos nuestros egoismos personales para procurar desarrollar el caracter de Cristo en nuestras acciones, reflexiones y en todos los asuntos de nuestra existencia.
Tal vez podemos saber todos los misterios, o tal vez podemos hacer todas la obras solidarias, pero si no tenemos amor no somos nada; quizá podemos donar todo el dinero para dar de comer a los necesitados y es posible que podamos incluso ofrendar nuestros cuerpos para ser quemados, pero sin amor de nada sirve. También podemos realizar unos cultos de adoración preciosos y hablar en lenguas angelicales y humanas, pero si no tenemos amor en realidad nada somos.
El amor del que hablamos es el amor fraterno (ágapao) que promovió Jesús. Es ese amor que todo lo cree, todo lo sufre, todo lo espera y soporta. El amor nunca de ser, no es egoista, no busca lo suyo, no se goza con la injusticia, sino que su gozo está completo donde hay justicia. (1 Corintio 13).
Finalmente queremos agregar que efectivamente el amar a Dios y al prójimo como a nosotros mismos es el cumplimiento de toda la ley y los profetas (Mateo 22).
